A las 23:30 se abrieron las puertas de la plaza de toros, en una noche con poca temperatura climatológica pero con gran calor festivo.

La plaza prácticamente se llenó de personas ávidas de ver un espectáculo que por estos lares ,si no imposible, muy difícil de contemplar.

Los emboladores (Manuel Zamora), que llevan viniendo a Fuentelapeña 18 años con su experiencia demostraron la habilidad para embolar a dos toros .Llevaron a cabo su cometido con perfecta profesionalidad, hasta el tiempo de duración de las llamas en las bolas lo tienen controlado.

El primer toro fué muy grande, fuerte y bravo, hubo en los primeros momentos en los que estaba encerrado en los corrales de la plazaan la espera a salir con la cuerda entre los cuernos que las embestidas a la plaza hicieron que muchas personas tuvieran miedo y se apartaran de las cercanías con temos a algo malo.Una vez en la plaza dió el juego esperado de él durante una hora y diez minutos en los que embistió a los burladeros y a los palos puestos en medio de la plaza sin rehusar a los muchos recortes que le hicieron.

A la 1:40 fué sacado el segundo toro que aunque era un poco más pequeño no defraudó a nadie y redondeo con su bravura una noche para recordar.

   
Lara, tuvo el valor de encender las antorchas al segundo toro.