A las doce de la noche se abrieron las puertas para celebrar este evento que tiene tanta aceptación dentro de las costumbres propias de nuestro pueblo.

En contra de lo que se presumía a buena hora de la mañana que llegó refrescando más de lo normal, a estas horas la temperatura era muy agradable, incluso para aguantar con manga corta en la plaza.

A las 01:00 h. salió el primer animal desde los toriles y de alguna manera nos sorprendió a todos por su tamaño, su cabeza y cornamenta y por su rapidez de movimientos que junto a su bravura hizo que la plaza enmudeciera un poco como para hacerle un respeto a su impresionante aspecto.

Se hizo el dueño de la plaza y fué más tarde de lo normal el momento en que gracias al uso de una maroma pudo ser metido de nuevo a los corrales porque...ni siquiera el cabestro traído a este efecto pudo con él.

El segundo toro también era grande pero no impresionaba tanto fué menos bravo y los mozos le recortaron en varias ocasiones.

A las 03:30 de la madrugada terminó de entrar el segundo toro en los corrales por lo que como consecuencia de la falta de desgraciados sucesos todo terminó felizmente.